III - Democracia Social

 

DIMENSIÓN III – Democracia Social – Dimensión Capacidad para generar Políticas que aseguren Bienestar

Francisco Longo (2010)–como tantos otros autores– reseña las enormes dificultades de la medición y mejora de la gobernanza, ya que no debe limitarse a la medición del resultado inmediato de cada proceso, sino que debe también medir las interacciones de esos procesos y los impactos en la realidad o outcomes.
Esta es una reflexión que compartimos y a la que se atiende. En la formulación del IDD-AR aparecen las dimensiones III y IV, que dan cuenta de aquellas acciones de gobierno que propenden a los fines de la democracia, en tanto se registran como outcomes del gobierno.
Jan Kooiman (2004) señala que “la solución de problemas y la creación de oportunidades constituyen el primer nivel de gobernanza. Para Kooiman, la capacidad de generar políticas que aseguren bienestar y eficiencia económica forman parte de las acciones denominadas de “primer orden del gobierno”, en tanto constituyen una responsabilidad primaria de la gestión democrática.
El desempleo, la pobreza o el endeudamiento de los Estados son outcomes y problemas del gobierno, a los que se deben presentar oportunidades de solución, según la visión de Kooiman. El IDD-AR pretende que las dimensiones III y IV sean un instrumento de detección del tratamiento que el Estado democrático otorga a esos problemas y oportunidades, para que los responsables políticos puedan articular las soluciones adecuadas.
La Dimensión III involucra la medición de un conjunto de indicadores que evalúan los resultados de la gestión pública que generan bienestar y equidad. Estos conceptos tienen que ver con: a) la medida en que las expectativas de los ciudadanos, con respecto a lo que esperan del ejercicio del poder por parte del gobierno, han sido satisfechas; y b) qué decisiones se toman en materia de política pública, porque los resultados obtenidos por el sistema político están vinculados con decisiones tomadas con sus gobernantes (Duhem, 2006).
Cuando Morlino (2006) menciona que también hay que entender la calidad democrática en términos de calidad de resultados, se está refiriendo a los outcomes del sistema. Y define que el concepto central de la calidad de resultados es la reciprocidad (responsiveness): “Reciprocidad es el grado de satisfacción de los ciudadanos con el desempeño de la democracia. Un gobierno democrático es recíproco cuando sus políticas responden a lo que los ciudadanos esperan”.
Esa reciprocidad se manifiesta a través de cuatro componentes principales en relación con: 1) las políticas en el centro del interés público; 2) los servicios que son garantizados a los individuos y los grupos representados por el gobierno; c) la distribución de bienes materiales a sus electores a través de la administración pública y otras entidades; y d) la extensión de bienes simbólicos que crean, refuerzan o reproducen un sentido de lealtad y apoyo al gobierno.
Son diez los indicadores seleccionados en esta dimensión, que, tras su ponderación y consolidación, se convierten en cuatro indicadores principales que utilizamos para el cálculo final de esta dimensión y que dan cuenta de las políticas públicas centrales que el gobierno provincial debe atender para lograr avanzar en términos de democracia social y humana.
Esta dimensión, junto a la económica, evalúa los resultados de la gestión democrática. El índice se calcula en relación con el promedio general alcanzado por el conjunto de las 24 jurisdicciones, asignando valores positivos a aquellas que se ubican por encima del mismo y negativos a las que están por debajo. Permite visualizar la eficacia de la gestión democrática en términos de obtención de resultados; es decir, se analizan los aspectos que ayudan a medir el desempeño de políticas sociales en la gestión de cada estado que contribuyen a que los ciudadanos reciban mejores servicios de salud, educación y todo lo que les es útil para una mejor calidad de vida.
Esta dimensión, al igual que Democracia económica, se utiliza para ajustar los resultados de las dimensiones I y II, y por ello se ponderan en relación con el promedio nacional. De modo que, como ya se indicó, aquellas que rebasan el promedio agregan puntos a su desarrollo, y las que se encuentran por debajo restan puntos en el cálculo del IDD-AR.
Los niveles mayores o menores de bienestar no implican que haya más o menos democracia, pero sí revelan si el proceso democrático cumple en mayor o menor medida con sus fines. Esto es clave para la legitimidad a mediano término de la democracia. En el corto plazo, aceptamos a las autoridades porque son votadas y gobiernan mediante leyes, pero lo hacemos porque esperamos que, pese a las vicisitudes, nos conduzcan hacia un mayor progreso con oportunidades para todos. Si finalmente esto no sucede, se afecta la legitimidad de la democracia. Por eso es crucial la relación democracia-bienestar. Los resultados negativos no son sostenibles en el mediano plazo y exponen el proceso democrático a grandes riesgos.
Como se observa en la Tabla 2.12, la dimensión Democracia social está conformada en total por diez indicadores: Tasa de Empleo; Población bajo la Línea de la Pobreza; Mortalidad Infantil y Gasto Público en Salud, que completan el indicador combinado de Desempeño en Salud; también están Tasa de Sobreedad a Nivel Secundario, Tasa de Promoción Efectiva, Tasa de Abandono Interanual y Gasto Público en Educación, que integran el indicador combinado de Desempeño en Educación.
La jurisdicción que lidera la dimensión es Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que alcanzó la máxima puntuación por recibir la más alta calificación en tres indicadores. En el otro extremo, con el peor valor, aparece Chaco, que registra mal desempeño en el indicador Población bajo la línea de pobreza, y en los indicadores que conforman Desempeño en Salud y en Educación registra resultados de muy baja calificación. En el resto de los indicadores, su puntaje es relativamente bajo con respecto a las otras jurisdicciones.
En el IDD-AR 2021, doce jurisdicciones superan el valor promedio de la dimensión: Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Chubut, Río Negro, La Rioja, La Pampa, San Luis, Tierra del Fuego, Córdoba, Jujuy, Mendoza, Neuquén y Tucumán. El resto se ubicó lejos de estos valores. Corrientes y Formosa acompañan a Chaco en lo más bajo de la tabla.

Ciudad Autónoma de Buenos Aires y Chubut presentan resultados de alto desarrollo en Democracia social. El conjunto más numeroso es el formado por entidades con puntuaciones de desarrollo medio (10), mientras que ocho estados subnacionales mostraron valores de bajo desarrollo y cuatro, de mínimo desarrollo.

Análisis de la Dimensión III por regiones del país.

A nivel regional, la región Centro es la que presenta el promedio más alto, de 0,585 puntos, por encima del promedio nacional, que es de 0,000 puntos. Por el contrario, el NEA es la que tiene el promedio más bajo, de -1,463 puntos, con signo negativo.
En la región Centro, con 5,807 puntos, se destaca Ciudad Autónoma de Buenos Aires con un valor de 3,741 puntos, la puntuación más alta de la Dimensión III, mientras que el resto de las jurisdicciones obtienen valores de signo negativo, menos Córdoba, que supera el promedio nacional. Entre Ríos obtiene la puntuación más baja de la región. El valor de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires responde a que lidera tres indicadores: Tasa de empleo, Población bajo la Línea de Pobreza y Mortalidad Infantil. En sentido negativo, la provincia de Buenos Aires recibe el valor más bajo en Gasto Público en Salud.
Sigue la región Cuyo, con un valor similar a la región Centro, de 0,379 puntos, donde se destacan San Luis y La Rioja, con puntuaciones por encima del promedio nacional, calificando con desarrollo medio. Mendoza recibe la misma calificación, aunque su puntuación es inferior a la del resto de las jurisdicciones. San Juan es la única que recibe un puntaje negativo, por debajo del promedio nacional, calificando con bajo desarrollo. San Luis lidera el indicador de Gasto Público en Educación y se ubica entre las mejores jurisdicciones en lo que respecta a la variable que mide la tasa de abandono en nivel secundario. El resto de las jurisdicciones no se destaca en ninguna de las variables.
En la región Patagonia, las jurisdicciones que potencian para que el promedio sea el más alto a nivel nacional son Chubut y Río Negro, en el primer caso por encima de los 1,000 puntos. La provincia que presenta el peor comportamiento en la región es Santa Cruz, con -0,965 puntos, calificando con bajo desarrollo. Chubut lidera tasa de Abandono y recibe una puntuación elevada en tasa de Promoción Efectiva. Tierra del Fuego lidera el indicador tasa de Promoción Efectiva y recibe puntuaciones de alto desarrollo en Gasto Público en Salud y en Tasa de Abandono. Por el contrario, Santa Cruz obtiene la puntuación más baja en Tasa de Promoción Efectiva.
En el NOA, la única jurisdicción que logra superar el promedio nacional es Tucumán, el resto presenta puntuaciones negativas, siendo la más baja la de Santiago del Estero, que califica con bajo desarrollo democrático. Catamarca se destaca en Tasa de Abandono, con una puntuación por encima de los 8,000 puntos; Jujuy, en Tasa de Empleo, con un valor superior a los 7,000 puntos; y Tucumán lidera la variable Gasto Público en Salud. Por el contrario, Santiago del Estero presenta puntuaciones críticas en Gasto Público en Salud y en Tasa de Sobreedad, así como Tucumán en Población bajo la Línea de Pobreza.
Por último, en la Región NEA, Chaco y Formosa se destacan por recibir puntuaciones de mínimo desarrollo. Ninguno de los estados subnacionales logra alcanzar el promedio nacional. Misiones es la única jurisdicción que recibe una calificación de bajo desarrollo. Chaco, Corrientes y Misiones reciben las puntuaciones más bajas en Población bajo la Línea de Pobreza, en el primer caso; en Mortalidad Infantil y Tasa de Sobreedad en el caso de Corrientes y Misiones en Tasa de Empleo. Misiones es la única jurisdicción que logra un resultado destacado en el indicador de Mortalidad Infantil.

2.3.3 Análisis según la intensidad de desarrollo registrada.

A continuación, agrupamos a las 24 jurisdicciones según su intensidad de desarrollo, dentro de cuatro categorías:

 

Alto desarrollo: Jurisdicciones con puntuación desde 10,000 a 7,000 puntos.

Desarrollo medio: Jurisdicciones con puntuación desde 6,999 a 4,500 puntos.

Bajo desarrollo: Jurisdicciones con puntuación desde 4,499 a 3,000 puntos.

Mínimo desarrollo: Jurisdicciones con puntuación desde 2,999 a los 0,000 puntos.

Jurisdicciones con alto desarrollo (AD).
⦁ Ciudad Autónoma de Buenos Aires y Chubut.
⦁ Representan el 8,3% del total país.
⦁ Las dos jurisdicciones pertenecen a dos regiones distintas: Patagonia y Centro.
⦁ No hay jurisdicciones de Cuyo, NOA y NEA con alto desarrollo democrático.

Jurisdicciones con desarrollo medio (DM).
⦁ Río Negro, La Rioja, La Pampa, San Luis, Tierra del Fuego, Córdoba, Jujuy, Mendoza, Neuquén y Tucumán.
⦁ Representan el 42% del total país.
⦁ Las 10 jurisdicciones se distribuyen en cuatro regiones, mayoritariamente en Patagonia y Cuyo. No hay jurisdicciones del NEA con esta calificación de desarrollo.

Jurisdicciones con bajo desarrollo (BD).
⦁ San Juan, Buenos Aires, Catamarca, Misiones, Santa Fe, Salta, Santiago del Estero y Santa Cruz.
⦁ Representan el 33% del total país.
⦁ Las ocho jurisdicciones pertenecen a regiones diversas, mayoritariamente a Cuyo.

Jurisdicciones con mínimo desarrollo (MD).
⦁ Entre Ríos, Corrientes, Formosa y Chaco.
⦁ Representan el 16,7% del total país.
⦁ Las cuatro jurisdicciones representan principalmente al NEA y solo Entre Ríos a la región Centro.
⦁ No hay jurisdicciones de las regiones Patagonia, NOA y Cuyo que califiquen con mínimo desarrollo.